Adaptación a la Escuela Infantil

Adaptación a la Escuela Infantil. Comenzar a ir a la guardería felices es un reto tanto para los padres como para los educadores y sobretodo, para los niños. Ellos afrontan este acontecimiento como un gran cambio en sus vidas y como tal, necesitan un periodo de adaptación al mismo.

Adaptación a la Escuela Infantil

Acudir por primera vez a la escuela, supone seguramente para el niño, la primera separación del hogar y eso no resultará fácil para él. Lograr que asuma ese importante cambio en su vida óptimamente, requiere ciertas dosis de paciencia y convicción por parte de los progenitores y demás personas que se encarguen de su cuidado cotidiano.

El equipo docente de Solecitos os propone una serie de pautas fáciles de aplicar y consejos que ayudarán a toda la familia y especialmente al niño, al éxito en esta adaptación a la escuela infantil.

1. Preparar al niño antes de comenzar: Es importante que el niño adquiera la sensación de familiaridad; una visita al centro días antes de comenzar, ayudará a su hijo a reconocer objetos y espacios,  y de este modo, el primer día que deba permanecer más tiempo en la escuela no se sentirá tan extraño.

1. Confianza: Resulta fundamental que tanto los padres como la persona encargada de llevar al niño a la escuela cada día, transmita la sensación de confianza hacia el centro. Cualquier expresión de duda o desacuerdo irá en detrimento de la propia tranquilidad del niño y por tanto, de su adaptación.

1. Continuidad en la asistencia al centro: Aunque resulte duro los primeros días, es necesario crear en el niño la sensación de seguridad y rutina para que él vaya interiorizando que asistir a la escuela es algo bueno, divertido y cotidiano. Una vez que el niño se haya incorporado al colegio es fundamental intentar evitar las faltas de asistencia porque estas interrupciones dificultan su adaptación a la escuela infantil. En caso de enfermedad, lo ideal es que los niños se reincorporen tan pronto como sea posible.

1. Respetar el horario: La adaptación a la escuela infantil tanto física como emocional del niño requiere ser constantes en los horarios para consolidar sus rutinas diarias.

1. Acortar las despedidas: Despedirse del niño no debe convertirse en un drama bajo ningún concepto. Lo ideal es lograr que sean muy afectivas pero breves y a ser posible, realizarlas fuera del aula por su propio bien y por el de los otros niños.

1. Explicarles en que va a consistir su estancia en la escuela: Es muy importante para ellos que les expliquéis con tono tranquilo y seguro qué van a hacer en la escuela, para que puedan entender por qué sus padres les dejan en un lugar que no es su casa y donde ellos no estarán acompañándoles. Un breve mensaje del tipo: “vas a jugar un ratito en la escuela, con nuevos amigos y muchos juguetes y cuentos bonitos, pero enseguida volveremos a por ti para ir a casa” bastará para que el niño sienta curiosidad por las novedades que se le ofrecen y olvide un poco el drama que supone para él la separación de sus personas de confianza.

1. Mantener la firmeza: Será una prueba de resistencia en toda regla para vosotros, mantener la firmeza ante sus llantos y quejas. Es muy importante que os convenzáis de que la decisión que habéis tomado es la correcta, que es una experiencia enriquecedora para ellos y que el centro que habéis elegido os ofrece total confianza. De este modo, afrontaréis el momento de la despedida con la convicción necesaria para no dejaros manipular por los niños aunque hagan un drama del momento.

1. Evitar comentarios negativos: Si, tanto a la entrada como a la salida del centro, se os escapan comentarios como: ¡pobrecito mío! ¡Qué pena! ¡Ay,  mi niño!,  ¡estáis perdidos! Los niños se darán cuenta y aprovecharán vuestra flaqueza y sentimiento de culpabilidad para “rentabilizarla” y aprovecharse de la situación. Manifestarles vuestra comprensión y cariño pero sin compadecerles. De igual modo, debéis evitar hacer alusiones a la escuela como amenaza de castigo, con frases como: “si no te comes la cena te llevo al cole” que sólo contribuirían a dificultar su adaptación a la escuela infantil.

1. Premiar verbalmente al niño cuando entre o salga del cole sin llorar: Cuando el niño haya comprendido que no les estáis abandonando, que ir a la escuela es algo divertido y seguro, comenzará a asistir al centro contento y apenas os dará un fugaz abrazo de despedida, para salir corriendo al encuentro de sus nuevos amiguitos. A la salida, se alegrarán mucho de veros pero en algunas ocasiones, tendréis que convencerles de que dejen de jugar para marcharos a casa. Es el momento de felicitar al niño por lo valiente que ha sido y por haber logrado la adaptación a la escuela infantil en lo que, seguro,  será el comienzo de su vida escolar.

¿Qué hacer si surgen problemas?

Somos conscientes de que no todos los niños se adaptan por igual a las mismas situaciones,  por eso nos anticipamos a los posibles dificultades con las que os podríais encontrar durante este periodo de adaptación a la escuela infantil.

A veces, los niños desarrollan algunos cambios de comportamiento que nos hacen comprender que no todo va bien, pero no os alarméis, es un proceso normal, pasajero y fácil de reconducir. Las reacciones más comunes son las que se engloban en lo que llamamos regresiones, que a continuación os detallamos:

Las regresiones son cambios de conducta en los niños que suponen un retroceso en capacidades que ya habían adquirido previamente. Es la forma que tienen los niños de llamar la atención para manifestar sus miedos y temores ante algunos cambios que se producen en su vida.

Algunos ejemplos de estos comportamientos pueden ser volver a hacerse pis,  cuando ya habían superado la fase del pañal, vuelven a pedir tomar la leche en biberón o hacer uso de nuevo del chupete cuando ya lo habían abandonado. Pudieran también sufrir miedos nocturnos o comer o dormir peor o vomitar, estar más nervioso de lo normal, etc.

Para afrontar esta fase os puede resultar de utilidad el artículo sobre educar las emociones Aprender a Educar las Emociones de los Niños en el que se profundiza sobre el tema y se ayuda a los padres a identificar y canalizar las emociones de sus hijos, mejorando la comunicación con ellos ya desde temprana edad y ayudándoles a influir de manera positiva en sus emociones.

Afortunadamente, la fórmula es sencilla, cuanto más cariño, tranquilidad y seguridad trasmitáis al niño, más rápida y positiva será su adaptación.

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