La importancia de la actividad y contacto con la naturaleza en la infancia va más allá de los beneficios de respirar aire limpio para la salud y aprender a respetar el entorno. Los beneficios son mucho más extensos y profundos. Tiene que ver con el desarrollo de sus capacidades, de sus emociones y también con su posterior relación con el medio.
La importancia de la actividad y contacto con la naturaleza en la infancia.
Las experiencias en la naturaleza durante la primera infancia contribuyen a proporcionar nuevas experiencias y oportunidades para niños y niñas. Para la exploración, la convivencia, el autocuidado, el desarrollo de capacidades, y mucho más.
Experiencias sensoriales para niños de 0 a 3 años.
La naturaleza ofrece una gran diversidad de opciones para disfrutar de diferentes experiencias sensoriales. Tocar, oler, ver, oír y hasta probar, en algunos casos, es posible.
Cada entorno natural ofrece distintas posibilidades. Y estas varían también a lo largo del año. Permitir que el niño disfrute de actividades y paseos de descubrimiento en la naturaleza le permite descubrir una gran diversidad de elementos. Estos tienen diferentes aromas y fragancias, formas, colores, tamaños, texturas, distintos sonidos…
El movimiento y el ejercicio físico en la naturaleza.
El contacto con la naturaleza favorece el movimiento natural en los niños. La importancia de la actividad y contacto con la naturaleza en la infancia en este sentido radica en que los movimientos son naturales y distintos. Para trasladarse, para alcanzar lo que se desea tocar, en el juego, al agarrar diferentes objetos.
Agacharse, levantarse, caminar, coger, levantar, arrancar, acariciar. Subir, bajar, girar. La cantidad y variedad de músculos que ejercitan durante estos movimientos es inmensa.
Qué dice la neurociencia sobre la importancia de la actividad y contacto con la naturaleza en la infancia.
Según ha demostrado la neurociencia, el movimiento y la relación con el entorno repercuten directamente en el número de conexiones neuronales. Y un mayor número de conexiones favorece una organización cerebral rica y variada.
Todo ello tiene como consecuencia una mayor plasticidad. Y favorece el desarrollo intelectual y el aprendizaje cognitivo en niños y niñas. Además, activa el interés por conocer, aprender y descubrir.
Descubrimiento y emociones: estímulos del entorno y qué sienten los peques en contacto con la naturaleza.
La importancia de la actividad y contacto con la naturaleza en la infancia comprende tanto la estimulación cerebral y física como la sensorial y emocional.
Es necesario tener en cuenta que las sensaciones generan emociones. Los esfuerzos y logros, la sensación de libertad, la profusión de colores o la belleza estética del lugar se traducen en diferentes emociones que los pequeños experimentan.
Así, los desafíos, las sorpresas, los sonidos, los encuentros, contribuyen a ampliar la riqueza emocional que viven los niños en la naturaleza.
La potencia del aprendizaje en la naturaleza.
- A través del tacto, el movimiento y el equilibrio, se favorecen las redes y conexiones internas. Estas conexiones contribuyen beneficiosamente a la óptima maduración biológica de los niños y niñas.
- La óptima maduración personal y los estímulos presentes en la naturaleza activan las ganas de aprender y de explorar de los más pequeños.
- Su deseo de descubrir y explorar en la naturaleza a través de la imaginación y el juego facilitan el desarrollo motriz y de las emociones.
- Mejora su autonomía.
- Contribuye a ejercitar sus músculos, favorecer el movimiento y desarrollar sus sentidos.
Qué podemos hacer para aprovechar la importancia de la actividad y contacto con la naturaleza en la infancia.
La naturaleza en sí misma está repleta de materiales. También de estímulos. Y de oportunidades para el juego, el descubrimiento y la vivencia de experiencias diversas.
Por eso en la medida de los posible debemos proporcionarle la oportunidad de acceder a ella en distintos momentos, divertirse libremente y proponer diferentes actividades.