Cómo Detectar a los Niños Superdotados. Ante los bebés superdotados, todo el mundo exclamará: ¡qué bebé más despierto! En numerosos casos, estos niños, serán reconocidos en el futuro como superdotados o con altas capacidades.
Cómo Detectar a los Niños Superdotados
Para situarnos, se considera superdotados a las personas, independientemente de su edad, si su cociente intelectual (CI) -que no coeficiente, error muy común- es igual o superior a 130.
Hay que especificar que la medición del CI puede variar durante el ciclo madurativo del niño, siendo un valor más estable a partir de los 12 ó 13 años.
Sin embargo, es fundamental el diagnóstico precoz para poder ayudar a tu bebé a fomentar sus capacidades y lograr así, que sea más feliz y se integre perfectamente con su entorno social, pese a su extraordinaria diferencia con respecto a la mayoría.
La autora especializada en el tema de la superdotación infantil, Jeann Siaud-Facchin, afirma que la mejor ayuda que se puede prestar a los niños superdotados es “diagnóstico, diagnóstico y diagnóstico”.
Muchos padres habrán observado en ellos señales de una inteligencia superior desde muy temprano, pero no sabrán cómo canalizar la situación y ofrecerle a su hijo las mejores opciones. Para lograrlo, lo mejor es consultar con un profesional, pero mientras tanto os damos unas pautas para reconocer si vuestro bebé posee estas cualidades.
Un factor común a estos niños es la necesidad de una mayor estimulación mental. Y es muy frecuente observar cómo estos bebés se irritan cuando no reciben dicha estimulación, ante el desasosiego de los padres que ya no saben cómo conformar a su hijo si ya ha comido, ya se le ha cambiado el pañal, etc…
Los bebés no tienen autonomía de movimiento por lo que lo único que pueden visualizar es lo que tienen en frente, si se cansan de ver lo mismo pueden llegar a irritarse enormemente cuando con un simple cambio de paisaje lograríamos estimularles y calmarles.
¿Cómo estar seguros de que este es el motivo de su irritación?
Los doctores Steiner H. H. y Carr M. (2003) han realizado diversos estudios a largo plazo en la vida de numerosos bebés, cuya conclusión es que existen dos factores que determinan la necesidad de una mayor estimulación mental y son la “habituación” y “preferencia por lo novedoso”.
Algunos bebés se “habituaron” a un estímulo de forma más rápida que otros y también mostraron preferencia por un estímulo nuevo y desconocido que por uno familiar. Cuando estos niños cumplieron ocho años se les realizaron las pruebas de CI y se confirmó que los bebés que preferían estímulos nuevos y que variaban su atención sobre los mismos con más frecuencia eran niños superdotados, frente a los que mantenían por más tiempo su atención en el mismo estímulo o preferían los familiares frente a los novedosos.
La principal idea que podemos extraer de estos estudios es que los bebés no se hacen niños superdotados porque en casa se les estimule mucho, sino que son los niños superdotados los que nacen con una necesidad real de más estímulos mentales para sentirse satisfechos y felices.
Otras características que nos ayudarán a detectar la superdotación de nuestros hijos desde sus primeros meses de vida serán la precocidad y la facilidad en el aprendizaje.
Demostrarán su precocidad en las diferentes fases de su evolución, como caminar antes de lo normal, hablar y leer antes que los demás, etc… En cuanto al aprendizaje, nos sorprenderá su facilidad y rapidez para aprender cosas nuevas y su gran memoria, que les permitirá aprehender cualquier tipo de información.
Suele tratarse de niños inquietos y con un elevado nivel de actividad, con menos necesidad de sueño que los demás y una extremada sensibilidad. Por eso siempre preferirán los juegos y actividades que supongan un mayor esfuerzo mental, pero se aburrirán con las cosas fáciles.
Por todo ello, es muy importante que saquemos partido a su gran potencial estimulando su aprendizaje y creatividad, pero sin presionarles ni imponerles retos demasiado altos. La labor fundamental de los padres es acompañarles, animarles y motivarles a lo largo de su vida, así nos aseguraremos de tener niños superdotados y felices.