Hoy en día todo el mundo conoce los beneficios de la lactancia materna como primer alimento de los bebés recién nacidos, especialmente por la importancia que supone como prevención de la mortalidad infantil y beneficios sanitarios evitando enfermedades infecciosas y crónicas para los niños; efectos preventivos que permanecen hasta la edad adulta.
Aunque el tiempo recomendado para la lactancia materna es de seis meses -los primeros de vida del bebé- y complementándolo con otros alimentos hasta los dos años, la realidad es que cada madre es un mundo y sus necesidades y circunstancias hacen que no siempre puedan dar de mamar a sus hijos el tiempo que les gustaría y en otros casos al contrario, que se alargue el tiempo de lactancia por decisión de la madre y beneficio del niño.
Pese a que hay quien insiste en que el pecho de la madre siempre produce lo que el niño necesita, no en todos los casos es así. Hay mujeres que no producen la leche materna suficiente, e incluso usando el saca-leche sufren una gran frustración ante la imposibilidad de aportar a su hijo el alimento necesario. Si tu caso es este:
¡No te sientas culpable ni agobiada!
Consulta a tu médico y él te dará las pautas necesarias para completar de forma parcial o total las necesidades nutricionales de tu bebé. No se puede luchar contra la naturaleza y la genética –no todas las mujeres producen leche materna en cantidad y/o calidad necesaria- pero siempre te sentirás mejor contigo misma, habiendo intentado con todos los medios a tu alcance dar una lactancia materna a tu hijo.
El hecho de suplementar la alimentación de tu hijo no implica perder la lactancia materna; si es al comienzo, se pueden hacer de manera que le des tiempo a tu cuerpo a generar la leche materna necesaria para tu bebé y progresivamente eliminar los suplementos.
Si es al final, tú misma observarás si tu cuerpo genera el alimento suficiente para tu bebé que va creciendo y requiriendo cada vez más cantidad de leche materna o de otro tipo.
Lamentablemente, cuando se leen algunas recomendaciones de la OMS sobre lactancia materna, muchas mujeres pueden sentirse profundamente preocupadas y culpables por no poder cumplir las taxativas pautas que se proponen como verdad única.
Cada mujer es un mundo y aunque hay unas recomendaciones generales sin duda, muy beneficiosas para los niños, a veces resultan demasiado excluyentes y rígidas aunque estén escritas con la mejor intención.
Siéntete tranquila, consulta a tu médico y seguro que él sabrá aconsejarte y orientarte para hacer en cada momento del proceso, lo mejor para ti y para tu bebé.
Bien, dicho esto, desde Solecitos hemos planteado unas pautas que os pueden resultar útiles si os encontráis en el importante momento de decidir
¿Cómo y cuándo dejar la lactancia materna?
Teniendo en cuenta que la lactancia materna tiene como principales cometidos la nutrición, reforzar el sistema inmunológico y fomentar los lazos afectivos con la madre, lo recomendable sería alargar todo lo posible el periodo de lactancia.
¿Cuál sería el periodo ideal de lactancia materna?
Considerando los tres puntos anteriormente citados hemos de afirmar que sería recomendable mantener la lactancia materna atendiendo a los siguientes parámetros:
- Por los beneficios que le aporta al sistema inmunológico del niño, lo ideal sería mantener la lactancia hasta el primer invierno de su escolarización. Los dos primeros años de vida del niño son fundamentales para que madure su sistema de defensa contra infecciones y formación de flora intestinal.
- Por el lazo afectivo que propicia el contacto físico entre madre e hijo, parece lógico pensar que esta unión no tiene más que beneficios, pero no hay que confundirse: ni la lactancia materna es el único modo de reforzar la relación madre-hijo, ni la ausencia de esta impide que se creen esos vínculos afectivos.
- Dicho esto, la pauta a seguir debería depender únicamente de la madre, sin dejarse influenciar por nadie pues sólo ella sabe la evolución que está siguiendo en el proceso de amamantamiento de su hijo.
Un criterio válido para saber cuándo es el momento del destete podría ser cuando el aspecto placentero para madre y bebé sea sustituido o vaya disminuyendo. Sin influencias externas la madre sabrá cuándo tomar la decisión si es que no hay otros factores circunstanciales que marquen el momento de finalización de lactancia materna.
¿Cómo dejar la lactancia materna?
El cómo es sencillo pero necesita su “timing”; puedes hacerlo de diferentes formas, buscando siempre tus propios trucos y mañas. Desde Solecitos te proponemos algunas pautas que te pueden orientar:
- Deja de usar el saca-leche de forma habitual.
- Retira alguna de las tomas del día, por ejemplo la de media mañana o la de media tarde, sustituyéndola por biberón o tu propia leche materna congelada. Es importante que estás tomas sustitutivas sean de poca cantidad -unos 100ml según el apetito del niño- para que en la siguiente toma este tenga hambre y vacíe tus pechos que también han de adaptarse y al principio te dolerán y los notarás muy cargados. Estamos hablando de unas seis horas entre toma y toma de lactancia materna, aunque el niño come cada tres horas más o menos
- Tras un periodo de entre ocho y diez días puedes retirar otra de las tomas intermedias del día, por ejemplo la de la tarde y a la vez disminuye el tiempo de duración de la toma de pecho (por ejemplo inicialmente 9’, después 7’ y luego 5’)
Poco a poco la leche se irá retirando. Si en algún momento notaras un pecho cargado y el niño no tuviera hambre puedes recurrir al saca-leche para aliviar la hinchazón del pecho. E incluso, puedes darle unos tres min al final de cada comida del niño a modo de postre y así te sentirás aliviada y el niño seguirá recibiendo una pequeña dosis de tus defensas hasta que se retire del todo la leche materna.
Lo normal es que si todo se hace de forma progresiva y flexible, tanto la madre como el hijo vayan adaptándose óptimamente a la nueva situación.
Si ves que tú hijo crece sano y feliz sentirás la satisfacción del deber cumplido y te encontrarás con fuerzas e ilusión para afrontar nuevos retos en la crianza de tu hijo. Pero ante todo, no lo olvides:
¡La decisión de cuándo y cómo dejar la lactancia materna es sólo tuya!