Durante las últimas décadas se ha tendido a forzar el desarrollo psicomotor del bebé. Sin embargo las evidencias señalan que esto lejos de ser beneficioso para el desarrollo motriz del bebé, puede ser perjudicial. El niño está preparado para adquirir por sí mismo habilidades motoras. Como el gateo, la adquisición de distintas posturas, el sostenerse en pie o incluso el caminar. Y lo ideal es que adquirir esas habilidades sea parte natural del desarrollo motor bebé, que lo haga a su ritmo y en su momento.
Sin embargo, es frecuente que los adultos intervengan en ello forzándolo. Algo que se suele hacer con evidente buena intención. Pero que presiona al niño y va en detrimento de la adquisición de posteriores habilidades de psicomotricidad bebés.
La importancia de no forzar el desarrollo psicomotor del bebé
Existen diversidad de estudios que señalan los problemas para el desarrollo psicomotor del bebé que supone forzar la adquisición de determinadas posturas o habilidades. Psicólogos y pediatras tienen claros los principales motivos por los que se debe dejar que sea el niño quien marque el ritmo de su evolución en este sentido.
Las posturas limitan su dependencia y limitan el natural desarrollo motriz del bebé
Esto ocurre en los momentos en que se sienta a un niño que aún no ha adquirido personalmente la capacidad de mantenerse sentado, por ejemplo. Esto le impide determinados movimientos y hace que dependa de un adulto para volver a la postura natural que desea. Algo que, por un lado, puede resultarle frustrante. Pero que, además, provoca que genere una sensación de dependencia con el adulto que le puede limitar en el posterior desarrollo motor bebé así como en aspectos del desarrollo de la personalidad.
Además, frena el impulso natural del desarrollo psicomotor del bebé. Y es que al forzar una habilidad para la que no está preparado se obstaculiza que por sí mismo adquiera las posteriores en una evolución lógica.
Acortar artificialmente la etapa del gateo afecta al desarrollo psicomotor infantil
Algunos niños de forma natural se saltan la etapa del gateo. Pero esto sucede con mayor frecuencia por intervención de los adultos. Sin embargo, la etapa del gateo es clave para el desarrollo psicomotor del bebé. Durante esta el niño desarrolla cuestiones tan importantes como el sistema propioceptivo. Y la mejora de su autonomía y la conexión de los hemisferios cerebrales, entre otras.
Por ello es un error intervenir de forma forzada en que se salten este paso.
Intervención positiva en el desarrollo psicomotor del bebé
Todo lo anterior no quiere decir que no se pueda actuar para favorecer el normal desarrollo psicomotor del bebé. De hecho, hay formas de intervención positiva que estimulan el natural desarrollo de la psicomotricidad bebé. Estas no le fuerzan a avanzar, sino que le estimulan y favorecen que desarrolle habilidades a su propio ritmo.
Dónde está mejor el bebé cuando no está en brazos
El contacto físico es esencial para el desarrollo emocional del bebé. Pero también debe pasar tiempo solo para su buen desarrollo. El mejor lugar para ello es el suelo y bocarriba. La razón es que es un espacio en el que puede moverse con soltura y libertad. Favorece la exploración, la comunicación con el adulto y la visión global del espacio, entre otras cuestiones importantes.
Además, si se queda dormido es la postura más relajada para su cuerpo. Y aquella que previene la muerte súbita en bebés durante el sueño.

Las posturas limitan la dependencia del bebé y hace que dependa del adulto para volver a la postura natural
Cómo facilitar que el entorno estimule el natural desarrollo motriz del bebé
Disponer de un espacio controlado libre de riesgos y con cierta amplitud para el movimiento estimula naturalmente la evolución y adquisición de nuevas habilidades por parte del bebé. Por ello en la medida de lo posible hay que procurárselo.
También es importante la ropa del bebé. Debe ser cómoda y no debe limitar su capacidad de movimientos. Permanecer descalzo también es positivo en este ambiente. Así podrá sentirse con libertad para, cuando lo desee y se sienta preparado para ello, intentar nuevos avances. A su ritmo. Y de forma natural.
Integrar en el juego los movimientos que el bebé ya ha hecho naturalmente
Otra forma de intervención positiva es favorecer la repetición de los movimientos que el bebé ya ha adquirido naturalmente y por sí mismo. Es una forma de interactuación y juego conjunto que le ayudará a ganar en confianza y seguridad. Afianzará sus avances. Pero siempre deben basarse en lo que previamente él ha conseguido por sí mismo y sin intervención.
El desarrollo psicomotor del bebé supone mucho más que avanzar en unas posturas o movimientos. Por eso hay que evitar forzarle a adquirir habilidades antes de tiempo. Pero sí favorecer el ambiente y la ocasión para que por sí mismo y a su ritmo desarrolle capacidades psicomotoras.