Es de todos conocido que el agua es el primer hábitat natural de un bebé, sin embargo, a medida que crecen van olvidando este medio e incluso pueden llegar a sentir temor al mismo si no se hacen las cosas bien a este respecto.Si es el caso de tu pequeño, te damos algunas claves para ayudarle a superar su miedo al agua.
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. Pero antes de ponerte manos a la obra, debes tener muy presente que perder el miedo al agua no es lo mismo que perderle el respeto.
Son constantes las noticias de accidentes en playas y piscinas durante el periodo estival y por esta razón es muy importante actuar correctamente, enseñar al niño a nadar y ser autónomo en el medio acuático sin que por ello cometa imprudencias que le puedan traer consecuencias negativas.
El primer contacto del niño con el agua empieza en la bañera.
Por esta razón, es muy importante que la hora del baño sea un momento feliz para el bebé porque así irá asociando el agua como algo placentero y será más difícil que llegue a tener miedo al agua.
Para lograr este objetivo, debes tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
-Adecuar la temperatura del agua para que no se abrase ni pase frio.
-No llenar en exceso la bañera para que no se sienta cubierto por el agua e indefenso.
-Jamás dejarle solo en la bañera; además de evitar así sustos o accidentes sintiéndote cerca el niño percibirá que el baño es un lugar seguro.
-Poco a poco ir mojándole suavemente para que vaya descubriendo la sensación de mojarse la cara e incluso de bucear –siempre con tu supervisión y sin forzarle- dentro de la bañera llena con poca agua.
¿Cómo podemos ayudar a nuestro bebé a afrontar el miedo al agua?
Desde Solecitos os proponemos unos sencillos consejos que creemos os ayudarán a disfrutar plenamente de un refrescante baño con vuestro hijo sin traumas ni sustos.
–Sentirse seguro. Esta es la clave fundamental para que el niño pierda el miedo al agua. Para lograrlo, hemos de estar junto a ellos en su primer contacto con el agua, abrazándole y proporcionándole sensación de estar protegido y seguro.
–No tener prisa. Para que el niño vaya comprobando que no hay riesgo, la actividad en el agua debe desarrollarse lenta y progresivamente para que el pequeño primero, tome contacto y después, aprenda a disfrutar de sus nuevas sensaciones sin tener miedo al agua. Mójale primero los pies y las manos, déjalo sentado junto a ti en el bordillo de la piscina o en la orilla del mar si es más mayorcito, para que vaya familiarizándose con el medio. Poco a poco querrá descubrir más pero nunca has de obligarle si él no quiere.
–No forzarle. Lo normal es que el niño, con su innato sentido de la curiosidad, quiera descubrir más sobre este medio pero nunca debes obligarle a bañarse, pues si le fuerzas es muy probable que el niño desarrolle el indeseable miedo al agua, que le costará superar cada vez más a medida que vaya cumpliendo años.
–Jugar en el agua. Todo lo que los niños asocian a juego es algo placentero para ellos por eso es tan importante que cuando tomen contacto con el agua por primera vez, lo hagan entendiendo e interiorizando que bañarse es un juego divertido y seguro porque no está solo, sus padres le ayudan e interactúan con él. Ya sabes, usa tu imaginación de padre para poner en práctica sencillos juegos que ayuden a tu hijo perder el miedo al agua.
–Saca la artillería. ¡Por medios que no quede! Afortunadamente, hoy podemos encontrar infinidad de material de piscina como flotadores, manguitos, churros, piscinas hinchables, etc., que además de tener unos colores vibrantes enormemente atractivos para los pequeños resultarán un aliciente para jugar dentro del agua. Pero además del aspecto lúdico, estos elementos acuáticos tienen una función práctica que es servirle de apoyo para poder flotar e ir adquiriendo la seguridad necesaria para perder el miedo al agua y sobretodo, para aprender a nadar y llegar a ser autónomo.
Nuestra única precaución ha de ser asegurarnos de que son elementos homologados y perfectamente seguros.
Además de estos consejos, prevenir el miedo al agua es fácil si tomáis las precauciones necesarias y vais introduciendo al niño poco a poco en contacto con el agua.
Después de vuestra labor de iniciación, podréis optar por apuntar al niño a clases de natación; ya existen cursos para bebés que se imparten antes de cumplir el primer año y esta actividad desarrollada por profesionales y realizada junto a otros niños, será enormemente enriquecedora para vuestro hijo además de ayudarle a superar el miedo al agua.
Pero no lo olvidéis:
Hay que ir paso a paso, sin forzarle. Cada niño tiene sus tiempos de aprendizaje y nuestra paciencia será su éxito.
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