¿Los límites son una prueba de amor?
Lo son. De los abuelos y progenitores hacia sus hijos. Y hacia sí mismos al mismo tiempo.
Educar en los límites desde el cariño no es un juego de castigos, imposiciones ilógicas y miedos. Todo lo contrario. Implica crear un ambiente de confianza, seguro y confortable a nivel emocional para la familia.
Al hablar de límites es un error frecuente pensar en tiempos pasados y en prohibiciones absurdas. También en el futuro y en el miedo a ser recordado con rencor o desdén por haber dicho que no en ocasiones.
Pero lo cierto es que educar el límites desde el cariño es todo lo contrario de lo anterior. Consiste en decir que no a algunas cosas para educar futuros adultos funcionales, autónomos y felices, que sean conscientes de que han crecido en un ambiente seguro y amoroso. Y que por ello son capaces a su vez de crear relaciones afectivas sanas y vivir vidas plenas.

Los límites son una prueba de amor de los progenitores hacia sus hijos e hijas.
¿Benefician los límites a los niños y niñas en su desarrollo afectivo, emocional y psicológico?
Por supuesto. Y lo hacen de diferentes formas.
Les permiten crecer en un entorno de confianza, seguridad y bienestar.
Niños y niñas educados de esta forma saben que hay unos adultos que les quieren y se preocupan por ellos.
La falta de límites en la infancia cría personas perdidas emocionalmente, a la deriva. Son niños y niñas que no saben en quién confiar o cómo actuar. Qué consecuencias tendrán sus actos. La inestabilidad genera dudas, miedos y pérdida de confianza.
Gestionar bien la imposición de límites como prueba de amor es esencial. Los pequeños deben saber cuáles son, en qué circunstancias o situaciones aparecen y qué implican. Esto les proporciona una seguridad emocional clave para su desarrollo actual y futuro.
Educar hoy para el futuro.
En su vida adulta apreciarán el valor de haber sido educado en límites desde el amor. Serán conscientes de cómo ello ha influido en su forma de crecer, afrontar la vida y relacionarse con el mundo.
Esa imposición de límites basada en el cariño es clave para apoyar el desarrollo personal de futuros adultos estables y felices.

Los límites son una prueba de amor de los adultos hacia sí mismos.
¿Cómo crees que te ha influido la educación recibida en tu infancia en tu vida adulta?
Los límites autoritarios, las imposiciones dictatoriales, generan rencor, miedos, pérdida de confianza en uno mismo. Vivir la infancia en un entorno excesivamente permisivo, también aunque por motivos opuestos.
Para el adulto entender su pasado es una ayuda clave para decidir cómo afrontar la educación de sus hijos e hijas. Qué límites es importante establecer y por qué razones. Siempre entendiendo estos desde una posición de amor por los hijos y para su mejor desarrollo emocional.
Pero también es importante ser capaz de entender las necesidades propias. Y cómo influirán estas en los límites que se deben establecer en la familia. Tú eres importante. Valórate. Acepta qué necesitas.
La estabilidad, tranquilidad y felicidad de cada adulto individualmente contribuye a la de toda la familia.
Los límites son una prueba de amor y así deben verse a la hora de establecerlos y llevarlos a cabo. Es algo que desde el corazón los adultos hacen para el bien propio, de sus hijos e hijas y de la unión familiar en su conjunto. Son claves para crear relaciones positivas y duraderas en el tiempo, afianzadas en el amor mutuo. Para formar adultos felices y seguros que han crecido con la confianza de saber que sus progenitores en todo momento han buscado lo mejor para ellos.