Durante las últimas décadas se ha tendido a forzar el desarrollo psicomotor del bebé. Sin embargo las evidencias señalan que esto lejos de ser beneficioso para el desarrollo motriz del bebé, puede ser perjudicial. El niño está preparado para adquirir por sí mismo habilidades motoras. Como el gateo, la adquisición de distintas posturas, el sostenerse en pie o incluso el caminar. Y lo ideal es que adquirir esas habilidades sea parte natural del desarrollo motor bebé, que lo haga a su ritmo y en su momento.
Sin embargo, es frecuente que los adultos intervengan en ello forzándolo. Algo que se suele hacer con evidente buena intención. Pero que presiona al niño y va en detrimento de la adquisición de posteriores habilidades de psicomotricidad bebés.